Trastorno de estrés postraumático: ¿cómo se ve?
En este artículo te contamos qué es el trastorno de estrés postraumático, cuáles son sus causas, síntomas, características y tratamiento.
Hasta hace unas décadas, se relacionaba este trastorno con personas que han vivido los horrores de la guerra; y, aunque esta asociación es correcta, no se limita a estas personas. Cualquier situación de alto estrés y miedo, lo que definimos como un evento traumático, puede dejar secuelas psicológicas que se van evidenciando con el paso del tiempo y que requieren intervención para llevar una vida tranquila y plena.
¿Qué es el trastorno de estrés postraumático?
Lo definimos como la sensación de angustia, temor y agobio que se tiene en relación a un evento traumático que ya ocurrió. Quienes lo padecen sienten que están en constante peligro a pesar de encontrarse fuera de la situación y a salvo, aunque hayan pasado años. Puede ocurrir a personas de todas las edades y antecedentes, según el Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático de Estados Unidos, se estima que 6 de cada 100 personas lo padecerá en algún momento de la vida.
Aunque la gran mayoría de las personas experimentamos momentos traumáticos, no todos estamos expuestos a desarrollar este trastorno. Las mujeres tienen una mayor tendencia a experimentarlo, por ejemplo. Quienes lo padecen sufren de recuerdos horrorosos, pensamientos aterradores y persistentes sobre el evento en cuestión, tienen problemas para dormir, pesadillas, se sienten desconectados del presente, y se vuelven bastante nerviosos. Sin un tratamiento efectivo puede afectar la habilidad de trabajar, socializar o la vida en casa.
Causas del trastorno de estrés postraumático:
Las probabilidades de que una persona desarrolle trastorno de estrés postraumático luego de uno de estos eventos varía en cada individuo. En especial se tienen en cuenta los factores de riesgo ya existentes antes de la situación, y algunos puntos de resiliencia presentes durante y después. Otros indicadores que intervienen son la genética y la neurobiología.
Factores que aumentan la probabilidad:
El primero es el género, pues el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos afirma que esta afección prevalece más en las mujeres, con un 5,2% en comparación con un 1,8% en la población masculina. Por otro lado, haber presenciado alguna de las siguientes situaciones es considerado como factor de riesgo que aumenta la probabilidad de desarrollar trastorno de estrés postraumático.
Antes del evento:
- Ser mujer
- Veteranos de guerra
- Agresión física o sexual
- Catástrofes o desastres naturales
- Amenazas con armas
- Maltrato y abuso psicológico
- Ataque terrorista
- Secuestro o tortura
- Accidentes
- Antecedentes de uso de sustancias
- Violencia doméstica
- Abuso infantil
- Antecedentes de enfermedades mentales
- Perder un ser querido de forma violenta
Durante y después del evento:
- Sentir miedo, impotencia y horror extremo.
- Duración del evento: exponerse al trauma por mucho tiempo aumenta el riesgo.
- Sentir que la vida corre peligro, ya sea la propia o la de un ser querido.
- Pérdidas adicionales a causa del evento: familiares o seres queridos, trabajos, bienes físicos, lesiones persistentes.
- Haber visto muertes y lesiones graves durante el evento.
- Complicaciones médicas.
- Problemas financieros.
- Falta de apoyo social después del evento.
- Falta de apoyo terapéutico para ayudar a lidiar con las secuelas.
¿Cómo prevenir el trastorno de estrés postraumático?
Hay algunos puntos a favor que compiten contra los anteriores factores de riesgo. Estas son herramientas adecuadas y saludables que resultan útiles a la hora de enfrentarse a situaciones de alto estrés. Si las implementas, tus probabilidades de que una situación de este tipo deje secuelas graves en tu salud mental se reducen. Los puntos de resiliencia que podrían disminuir las probabilidades de desarrollar esta afección son:
- Contar con una red de apoyo que incluya familia, amigos, o grupos.
- Aceptar las formas en las que reaccionaste en relación a la experiencia.
- Estar informado sobre cómo actuar en situaciones de alto riesgo para lograr responder de la mejor manera posible.
- Luego del evento, buscar ayuda terapéutica oportuna para procesarlo de forma correcta.
Síntomas y características del TEPT:
De forma amplia podemos clasificar los síntomas de esta afección en 4 categorías:
- Reviviscencia: Volver a experimentar el evento de forma vívida, esto incluye flashbacks y pesadillas.
- Evasión: Evadir lugares, personas u objetos que te recuerden al trauma. Concentrarse en el trabajo y otras ocupaciones para no tener tiempo de recordar.
- Hipervigilancia y reactividad: Tendencia al nerviosismo y presentir peligro en todo momento. Incluye episodios de ira y problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido.
- Cognitivos y del estado de ánimo: Sentir culpa, remordimiento, falta de interés por cosas que antes disfrutabas, y baja de autoestima.
Cada caso es particular, pero por lo general se tiene en cuenta la presencia durante más de un mes de al menos 1 síntoma de reviviscencia, 1 de evasión, 2 de hipervigilancia y reactividad, y 2 cognitivos y del estado del ánimo.
También es oportuno señalar que la aparición de estrés postraumático en adolescentes y niños puede tener ciertas señales especiales:
- Mostrar apego inusual hacia alguno de los padres.
- Usar el evento traumático como parte del juego.
- Mutismo, no poder hablar o no saber cómo.
- Orinarse en la cama habiendo aprendido a ir al baño.
Diagnóstico trastorno de estrés postraumático DSM-5
Un profesional de la salud presta especial atención a los anteriores síntomas, además de basarse en los siguientes criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría; DSM-5 por sus siglas en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders.
- La persona estuvo expuesta a un acontecimiento traumático en el que:
- Presenció, experimentó o escuchó sobre uno o más eventos traumáticos.
- Su respuesta fue de terror, desesperanza y horror intenso.
* En los niños y adolescentes puede variar, se expresa a través de comportamientos agitados o desestructurados.
- Se revive y se experimenta de nuevo el evento traumático de forma persistente:
- Recuerdos recurrentes y pensamientos intrusivos que incluyen imágenes y percepciones.
* En los niños pequeños puede variar, se expresa a través de juegos referentes al tema.
- Pesadillas vívidas y recurrentes sobre el evento.
- Sensación de revivir el evento, incluyendo flashbacks, episodios disociativos y alucinaciones, en especial al despertarse o cuando se está bajo los efectos de alcohol o sustancias.
- Malestar psicológico frente a estímulos que simbolizan o recuerdan al evento.
- Respuestas fisiológicas frente a estos estímulos, como aumento de los niveles de cortisol, sudoración excesiva, respiración agitada y pupilas dilatadas.
- Evadir persistentemente cualquier tipo de estímulo, interno o externo, referente al evento. Más de los siguientes comportamientos:
- Esfuerzo por evitar pensamientos y conversaciones sobre el tema.
- Evitar actividades, lugares, personas y objetos que recuerden al acontecimiento.
- No poder recordar aspectos importantes sobre el trauma.
- Falta de interés por actividades que antes se disfrutaban.
- Sensación de desapego y desconexión con los demás.
- Restringir los sentimientos y alejarse de la vida afectiva.
- Desesperanza frente al futuro, no hacer planes a largo plazo.
- Dos o más de los siguientes síntomas de alteraciones:
- Problemas del sueño.
- Irritabilidad y episodios de ira.
- Dificultad para concentrarse.
- Hipervigilancia.
- Respuestas exageradas de sobresalto.
Recuerda que si tú o alguien que conoces cumple con las características que hemos mencionado, no es aconsejable autodiagnosticarse. El paso siguiente es consultar con un profesional de la salud que esté debidamente capacitado para realizar un diagnóstico oficial de forma correcta. En la Clínica Pinares Mind & Health contamos con un equipo de profesionales de la salud mental que te pueden acompañar y guiar durante todo el proceso. Pide tu cita aquí.
Tratamientos para el TEPT:
Cada paciente responde a los tratamientos de forma diferente, sin embargo, lo más probable es que la forma efectiva de combatir el trastorno de estrés postraumático sea una combinación de las siguientes herramientas:
- Autocuidado: luego de un evento traumático es prioridad que tantos tus seres queridos y tú estén a salvo. Se debe prestar especial atención a la salud física y llevar hábitos que promuevan este bienestar, como dormir bien, comer saludable, hacer ejercicio y consumir con moderación los medicamentos que sean prescritos durante la recuperación. Así mismo, se debe intentar llevar rutinas normales, estar conectados con familia y amigos, y estar presente en actividades sociales. No se recomienda aislarse o exponerse a noticias y contenidos estresantes.
- Psicoterapia: se ha evidenciado que la terapia cognitivo-conductual es la más efectiva para lidiar con este trastorno. Esta tiene como objetivo la reestructuración cognitiva y se usa la exposición terapéutica a los recuerdos del evento. El estilo de acercamiento a los pacientes debe centrarse en la empatía, la tranquilidad y la cercanía.
- Farmacoterapia: el uso de fármacos es bastante útil a la hora de combatir los síntomas y las respuestas fisiológicas del trastorno. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los estabilizadores del ánimo, los sedantes y antipsicóticos atípicos suelen ser los más recetados.
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Por Valentina Ochoa Arellano , Juan Pablo Salazar Arias MD